Algunos mitos sobre Lactancia Materna

Es importante eliminar los numerosos mitos y falsas creencias, transmitidos culturalmente que promueven actitudes negativas hacia la lactancia materna y suponen barreras para su inicio y mantenimiento.

Mitos relacionados con la estética y con la alimentación de la madre

Comité de Lactancia Materna
N. Marta Díaz Gómez

No deber comer determinados alimentos porque cambia el sabor de la leche o porque al niño le darán gases.

Realidad: Los cambios en el sabor de la leche según los alimentos ingeridos por la madre, favorecerá que el bebé acepte los nuevos sabores cuando se introduzca la alimentación complementaria. Ningún alimento consumido por la madre provoca gases en el niño.

Tienes que beber mucha agua, tienes que beber mucha leche, tienes que comer más…

Realidad: La madre debe seguir una dieta variada y equilibrada, por encima de las 1800 calorías y beber el líquido que le apetezca según su sed. La producción de leche no mejora al comer en exceso, ni al tomar más leche, ni beber más líquidos.

La lactancia deforma los pechos

Realidad: El principal cambio del pecho se produce durante el embarazo, independientemente de que la madre lacte o no. En todas las mujeres los pechos se van deformando poco a poco en función de la edad, factores genéticos, cantidad de grasa corporal…

Mitos relacionados con la técnica de lactancia

Comité de Lactancia Materna
N. Marta Díaz Gómez

Lo normal es que dar el pecho duela.

Realidad: El dolor en la lactancia indica que algo no va bien. Es un signo de mal agarre, infección u otros problemas en la mama.

Se debe dar siempre de los dos pechos en cada toma.

Realidad: El primer pecho se debe vaciar bien antes de ofrecer el otro, para que el bebé obtenga la leche más rica en grasas que sale al final y mantener la producción de leche. Algunos bebés solo toman un pecho en cada toma.

Si le das cada vez que pide lo malcrías.

Realidad: Los bebés no solo necesitan la leche que les alimenta sino también contacto físico y cariño, fundamentales para un apego seguro, que será la base de su confianza y autoestima futura.

Hay que organizar el horario de las tomas (diez minutos de cada pecho cada tres horas), para que el bebé se regule y aprenda.

Realidad: La lactancia materna debe ser «a demanda», sin horario fijo, permitiendo que el bebé decida cuando y cuanto comer, ya que la succión frecuente y el vaciado de la mama son los principales estímulos para asegurar una producción abundante de leche.

Mitos relacionados con la producción y la calidad de la leche

Comité de Lactancia Materna
N. Marta Díaz Gómez

Los sustos, disgustos o impresiones fuertes te pueden cortar la leche.

Realidad: De forma transitoria, en situaciones de estrés elevado se puede inhibir el reflejo de eyección, dificultando la salida de la leche. En estos casos hay que amamantar con frecuencia, para vaciar bien el pecho y evitar que la retención de leche termine disminuyendo la producción.

Mi leche es aguada, no alimenta.

Realidad: La primera leche que sale del pecho, al comenzar la toma, contiene más lactosa y su aspecto es más acuoso. La parte final de la toma contiene más grasas y es más densa.

No tengo suficiente leche porque con el sacaleches me extraigo muy poca.

Realidad: La cantidad que se extrae con un sacaleches suele ser mucho menor que la leche real disponible para el bebé y que él si puede sacar.

El calostro no alimenta.

Realidad: El Calostro tiene una composición ideal como primer alimento del recién nacido, con un alto contenido en proteínas y factores de defensa.

Si no te gotean los pechos entre tomas es que no hay suficiente leche.

Realidad: El escape de leche, entre tomas o durante la toma, obedece a un reflejo de eyección potente o un bajo tono de la musculatura que envuelve los conductos galactóforos que drenan en el pezón, que no cumplen bien su función de esfínter. No indica que exista una gran producción.

Si tienes el pecho pequeño, tendrás poca leche.

Realidad: Las mamas están compuestas de tejido glandular (donde se produce la leche), tejdo graso y tejido conectivo de soporte. El tamaño de la mama no influye en su capacidad de producir leche, ya que depende más de la cantidad de grasa, que del tejido glandular.