La contribución del padre al establecimiento de la lactancia y su continuación es fundamental. Se recomienda que el padre acuda a las visitas prenatales para estar bien informado.
Tras el nacimiento, el padre puede encargarse del cuidado de los otros hijos, de las tareas domésticas y ayudar a la madre a superar dificultades. También debe ocuparse del nuevo bebé: cambiar pañales, bañarlo o disfrutar del contacto piel con piel mientras la madre descansa. Esto resultará muy placentero para ambos y establece vínculos emocionales para toda la vida.
El resto de familia también tiene un papel importante de apoyo a los nuevos padres, respetando sus decisiones e intimidad y sustituyéndolos en tareas, para que estos puedan disfrutar más tiempo con su bebé.