En los niños alimentados al pecho se debe evitar el chupete durante el primer mes de vida, hasta que la lactancia materna esté bien establecida, porque dificulta que aprenda a mamar de forma eficaz. Por otro lado, la succión frecuente del pecho estimula la producción de leche.
Se recomienda no usar el chupete más allá del año de edad, para evitar los efectos adversos relacionados con su empleo prolongando (problemas dentales, otitis media,…).
El empleo del chupete debería relegarse a situaciones aisladas (cuando la madre está ausente, cuando está conduciendo, etc.). Además del chupete, existen otros procedimientos para calmar al bebé, como el contacto piel con piel.