La «perla de leche» es un pequeño punto blanquecino, nacarado, que aparece en el pezón y que produce un dolor agudo y penetrante durante la succión del bebé. Es consecuencia de la obstrucción de la desembocadura de un conducto en el pezón.
Para facilitar que se rompa se recomienda aplicar calor local antes de las tomas. En muchas ocasiones el calor húmedo y la succión del bebé logran que la perla de leche desaparezca en unos días. Si no se rompe, se puede pinchar con una aguja estéril. Por el riesgo de infección es aconsejable que esta maniobra la realice un profesional sanitario (médico, matrona, enfermera).