El alojamiento conjunto (24 horas/día): favorece la lactancia a demanda y el bienestar madre-hijo.
La mayoría de los niños, tras nacer, están 2 horas despiertos. En ese periodo la mayoría consigue engancharse. Después existe un letargo fisiológico (8-12 horas) y posteriormente realizan tomas frecuentes (8-12/día o más), irregulares y predominantemente nocturnas. Algunos bebés continúan adormilados y comen poco, siendo preciso despertarles.
El principal estímulo para producir leche es la succión y el vaciado del pecho: a más tomas más leche se producirá.
Se recomienda ofrecer el pecho cuando el bebé de signos iniciales de hambre (chupeteo, cabeceo, lengua fuera, chuparse las manos…) No esperar al llanto, que es un signo tardío.
Un recién nacido sano mamando adecuadamente a demanda sólo necesita leche materna. Preguntar al pediatra antes de suplementar.