Se aconseja un suplemento de 200 µg de yodo al día, en forma de yoduro potásico, durante el embarazo y durante toda la lactancia. Este suplemento se administra a la madre para garantizar el aporte adecuado al hijo, cuya única fuente de yodo es la leche materna.
El suplemento de yodo no perjudica a la madre a la que se le ha extirpado el tiroides, ni a la que está tomando tiroxina. No sería necesario administrarlo en el caso de que el lactante sufra hipotiroidismo congénito, ya que al no tener función tiroidea, el bebé no necesita yodo.